NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED Y LA COMUNIDAD

PATRONA
NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED
El origen de la imagen de Nuestra Madre de la Merced, que se venera en la Basílica de la Merced de Quito, es maravilloso y lleno de misterio.
Cuando llegaron los españoles, en 1527 encontraron en la Isla de la Plata una imagen, que los nativos la tenían a manera de ídolo, acudían a ella en sus enfermedades y en toda necesidad.
Hacían exvotos de plata de los miembros enfermos y le ofrecían a la imagen. Tanta cantidad de exvotos encontraron los españoles, que por eso la llamaron “Isla de la Plata”. Los religiosos mercedarios que vinieron con los conquistadores vieron en esa imagen algo más que un ídolo, era una imagen de María, la consagraron como Nuestra Madre de La Merced y después la trasladaron a Quito. La imagen es de piedra, labrada con mucha belleza, no se sabe quién, ni cuándo, ni dónde la hicieron. Actualmente se encuentra en el altar mayor de la Basílica de la Merced de Quito. Indudablemente que es la imagen más célebre de todo el Ecuador.
Siendo la primera imagen mariana en Quito, y por su acción taumatúrgica, los conquistadores al realizar la repartición de tierras le asignan unas propiedades como si fuese una persona, razón por demás para que el cabildo de la ciudad de Quito la reconozca, como Fundadora, Vecina, Primera Colona y Protectora de la Ciudad. Posteriormente, por la protección que demostró en los terremotos y en las erupciones volcánicas, que eran tan frecuentes, recibió el título de “Virgen del Terremoto” y “Virgen del Volcán”. La historia del Ecuador está relacionada muy estrechamente con la historia de esta imagen. Su protección nos consiguió la independencia en la Batalla de Pichincha. El General Sucre se acogió a su amparo y le entrego su espada después del triunfo.
Con su socorro García Moreno triunfó sobre el ejército peruano en la Batalla de Guayaquil el 24 de septiembre de 1860, a raíz de lo cual la Convención Nacional le declaró Patrona y Protectora especial de la República, de la Armas y se comprometió a celebrar su fiesta “con asistencia de primera clase en la iglesia en que aquella se venera”.
Posteriormente, primero la FAE y luego las Fuerzas Armadas, la declaran Patrona y Generalísima de las Fuerzas Armadas. Cinco decretos que van desde 1575 hasta 1992, entre tantos otros de mucho valor, dan a conocer la importancia histórica y religiosa de esta portentosa imagen:
1.- El 15 de septiembre de 1575, “reunidos los cabildos (eclesiástico y civil” hicieron Voto Solemne de celebrar perpetuamente una fiesta de acción de gracias a la Santísima Virgen de la Merced, cada año el 8 de septiembre, día en que en 1575, Quito se salvó milagrosamente de la erupción del volcán pichincha”. “…habiendo amanecido dicho día sobrevino tanta oscuridad, como si fuera noche tenebrosa, y que entendieron que estaba a punto de perderse la ciudad por la ceniza que llovió, venida del volcán, con truenos y relámpagos de fuego”. Y todo se resolvió con la protección de la Virgen de la Merced.

Párroco
P. Segundo Pichén
encargado de la Parroquia

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